Ya era de madrugada. El forastero se bajó de la yegua y la refugió en el corral del granjero, donde solo habitaban un asno, tres cerdos y tres gallina. Al otro día partió, y nueve meses después encontró que a su animal le había nacido un ser extraño, parecido a un potro, pero con algo de burro. La pequeña bestia podía andar, y hasta probó ser más resistente que sus padres.
Este no es el inicio de un cuento de ciencia ficción, pero tal vez fue así como llegó el primer mulo a los hombres. Tampoco importa mucho. Fue muy útil en aquel entonces, y también lo es ahora, sobre todo en los lugares donde la vida en montaña exige de su fuerza y destreza.
Las serranías de Frank País tienen mucho que agradecerle. Los mulos sirven para la transportación, no solo de personas, sino también de cualquier mercancía como semillas de café, viandas u otro alimento para las tiendas, y hasta la prensa. En tiempo de guerra podrían ser muy útiles como vehículo de armas y municiones.
Durante los años más críticos del Período Especial, esta subespecie sufrió una sensible disminución en Cuba, y de ahí surgió el Programa Mular, casi paralelo al Plan Turquino, con el objetivo de dar respuesta a la creciente demanda en las regiones montañosas.
En Frank País, el desarrollo de este Programa es aún muy incipiente. Actualmente hay solo un arria de mulos en la Cooperativa de Producción Agropecuaria (CPA) Hermanos Sarduí, y cinco yeguas gestadas en casas particulares.
Por estas lomas se le llama mulo a la unión de un asno macho y una yegua, pero también existe el cruce entre un asno hembra y un caballo macho, cuyo fruto es conocido, en este caso, en algunos lugares del mundo como burdéganos.
En el momento del nacimiento ambos pueden pesar entre 35 y 40 kg; son amamantados durante 240 días y completan su desarrollo físico a los 60 meses. Su duración de vida es de aproximadamente unos 20 años.
Según Lino Fernández, especialista de la reproducción de la ganadería en la provincia, hasta hoy se agrupan en Frank País 127 mulos, destinados a las labores del Plan Turquino, pero sería necesario alcanzar la cifra de 154 para cubrir todas las exigencias de la montaña.
Al cumplimiento de este propósito se suma el Centro de Monta de la Empresa Pecuaria de Frank País, donde ya se aparean 14 yeguas y 2 sementales. “El Programa Mular no es un problema solo del Plan Turquino. Las autoridades del municipio se han interesado por darle seguimiento también desde el llano, donde existen 80 yeguas, 547 potrancas y 33 burros, para la obtención de mulos, distribuidos en patios de campesinos.”
Una yegua tarda 11 meses y algunos días para dar a luz, por lo que se espera que en este 2008 se garanticen todas las labores de las que son partícipes los mulos. Estos se vincularán a las Cooperativa de Crédito y Servicio (CCS), las UBPC y las CPA, en dependencia de las necesidades de cada una de estas unidades de producción.
Lino comenta que el Programa Mular es apoyado también con la reproducción de caballos para lo cual funcionan 14 patios en el municipio, con 227 yeguas y 19 sementales.
La humanidad ha conocido de otros híbridos, animales curiosos, que parecen seres de otro mundo, tal es el caso del leopón, cruce entre un león y un leopardo, o el zorse (zebra y horse, en inglés), mezcla de cebra y caballo, o el zonkey (zebra y donkey), entre una cebra y un burro; pero ninguno ha sido tan útil al hombre como el mulo, que tal vez debió llamarse caburro, burregua, cabasno…
viernes, 1 de febrero de 2008
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