Casi siempre las cicatrices del cuerpo nos llevan algún lugar de nuestra propia existencia; son el conductor de una historia que nos marcó, mucho o poco, pero que permanece ahí para evocar una anécdota o solo un recuerdo. De eso habla “La piel de los hijos de Gea”: de la fuerza del cuerpo humano para expresar una identidad, una manera de ser y sentir.
El comisario (curador) español Amador Griño es el ideólogo de este proyecto en el que se unifican los discursos de dos coterráneas suyas, Isabel Muñoz, con una serie de fotografías y Maribel Doménech, con una gran pieza escultórica.
“Gea es la diosa griega de la tierra, estamos hablando de las pieles de sus hijos, o sea los hombres y las mujeres, y de cómo modifican su propio cuerpo para manifestarse ante los demás y sentirse ellos mismos”, expresó Griño en la apertura en el Centro de arte de
El cable se entreteje
A la muestra fotográfica de Isabel Muñoz, distribuida en
Maribel comenzó este tipo de labor en el ´94, y antes de eso “no había tejido ni una bufanda”, como ella misma ha dicho. Uno de estos le cuesta un año de trabajo: “tengo que trazar una estrategia, ir poco a poco, con tenacidad, mi meta es
Solo pudo traer un vestido a Cuba, porque “ellos son como la casa, te permiten afianzarte en el mundo, no moverte”. El que ahora reposa en el Centro de Arte pesa unos 250 kilos y al decir de Griño “es un discurso del cuerpo donde lo podemos ver por ausencia”.
Cicatrices de mi cultura
Isabel, por el contrario, muestra en sus fotografías de gran tamaño, el cuerpo desnudo, pintado, marcado, según la idiosincrasia de los miembros de dos tribus etíopes, para quiénes la piel es un objeto de culto.
Sus fotografías destacan por el gran tamaño (150 x
El espectador de las imágenes no puede quedar ajeno, tampoco a la singularidad de los hombres y mujeres que aparecen perpetuados en el papel. Su cultura, tan distante del occidente, presenta una manera de exhibir el cuerpo muy inusual, al menos a los ojos del cubano.
Las tribus Surma y Bodi de Etiopía, por su piel negra no utilizan el tatuaje, pero sí la escarificación, a través de los queloides. Las marcas evocan la expresión de “belleza dolorosa”.
Isabel Muñoz tiene un largo currículo en fotografías de este tipo. En su lente han quedado grabado iraníes; luchadores turcos; los maras, como se le conoce a algunas pandillas juveniles de Centroamérica; también la explotación feminista en Vietnam.
En la inauguración Griño expresó que Isabel muestra pequeños discursos dentro de un gran tema, al recordar una foto en la que un niño de 14 años sostiene un rifle en la mano y mira desafiante a la cámara.
No habría sido posible esta exposición en Holguín sin el puente cultural ya establecido desde hace años entre esta ciudad y España, y sin el empeño de las autoridades de la provincia, el Consejo Nacional de Artes Plásticas,
Esta muestra itinerante ha recorrido toda Sudamérica y el Caribe y desembarca en tierra cubana, justo por Holguín, donde permanecerá hasta el 5 de marzo, para luego recorrer la isla y hacer estancia en Santiago de Cuba y la capital.
1 comentario:
hola muchas gracias por segir mi pagina pero dime si tienes correo de gmail para mantener el contacto. saludos.
Roberto Suarez
http://robertosuarezpinon.blogspot.com/
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