Foto 2: Kamila lee un libro.
Foto 3: Kamila va al Círculo Infantil con su abuela.
Ishtar habla a la cámara. “Ojalá mi país no tuviera petróleo”- dice, y estremece a los espectadores la conciencia prematura y forzada de esta pequeña de apenas siete años, sobre las condiciones políticas de su país. La geografía irakí y la ambición de los hombres han determinado un destino siniestro para ella.
En otra latitud, Centroamérica, Manolito amanece más temprano. Debe salir a buscar el sustento de su familia. No estudia en una escuela, pero sí conoce bien el precio de los alimentos que debe comprar cada día. Aprendió a sumar a la fuerza, porque debía contabilizar los centavos que recibe por trabajo forzoso o por limosna.
La muerte de Jhonny y otros compañeros de su aula es noticia en un poblado cualquiera de Estados Unidos. Nadie sabe de qué manera una balacera enorme cayó sobre su cuerpo diminuto, apenas en crecimiento.
Kamila, una niña de cuatro años llora porque su madre ha tenido que salir, pronto se calma, porque abuela y otros de la familia la miman. En estos días no para de hablar de unos payasos que vio el sábado. Está creciendo fuerte. Por las tardes sale a jugar con un vecinito que vive al lado, se sientan en el portal con libros y lápices de colores, y pintan. Kamila vive en Cuba, lejos de la capital, en una ciudad llamada Holguín.
Recuerdo que mami me llevaba a funciones de teatro, y me compraba libros, me encantaban los libros, nunca fui destructora de juguetes y menos de mis libros. Me leí muchas veces “Pipa Medias Largas”, o la “Edad de Oro” de José Martí, de ahí me encantaban dos cuentos más que otros: “Bebé y el Señor Don Pomposo” y “Meñique”.
Fue muy buena mi niñez. No me gustaban mucho los domingos, eran los días de las visitas, y yo siempre halaba a mis padres de la ropa para irnos pronto, y me regañaban porque querían conversar con sus amigos.
Ah!! Los muñes, me encantaban los animados, aún me río con los chistes
Mis únicas preocupaciones eran las tareas de la escuela y meter un buen punta pié a la pelota en los juegos de la tarde con los compañeros del aula.
La vida de adultos es más complicada, pero espero que mis hijos tengan los mismos recuerdos que yo, o al menos, parecidos. Supe de la realidad de Ishtar, Manuel y Jhonny, mucho tiempo después, hoy, cuando nada me es indiferente.
Celebro el día de la Infancia en Cuba, este primero de junio. Los niños comprarán caramelos e irán al parque.