Horas antes de que el huracán Ike entrara a Cuba por Holguín, José Leyva recogía los nylons que envolvían las estructuras de las casas de Cultivo en
Aún así el panorama que avizoraron los trabajadores de
Este tipo de producciones en condiciones especiales, no fueron las únicas dañadas. La agricultura, en general, sufrió pérdidas considerables, pero se trabaja para revertir el hecho. Los hombres sudados en el terreno así lo confirman.
En la propia Granja Margodo, ya se recuperaron dos toneladas del tomate que quedó después del desastroso evento y se preparan las condiciones para sembrar hortalizas en los dos huertos intensivos que tiene esa entidad. En lo que llegan los nylons y las estructuras metálicas para comenzar la reparación de las naves, José Leyva, responsable de la granja, encamina a sus hombres en la restauración de las estaciones de bombeo, y del Grupo electrógeno.
“Nosotros ya habíamos entregado 187 ton de nuestra producción a Fruta Selecta, y teníamos el plan sobrecumplido”, expresa José, pero sabe que aunque las pérdidas suman unas 70 ton, entre tomate, pimiento y pepino, no es hora de lamentaciones, sino de sudor y esfuerzo.
Más al oeste
Marcelo Pupo, se levanta todos los días a las 6 y media de la mañana, se va al campo, y no para hasta las 12. Almuerza, descansa y continúa su labor hasta que las luces comienzan a desaparecer. Un día, se levantó y vio que durante la noche los fuertes vientos de un huracán echaron a la basura todo el trabajo de sus manos. Hoy se levanta media hora antes y sus jornadas son más intensas.
En
Los vientos huracanados también destruyeron el techado de las instalaciones, uno de los sistemas de riego, y las viviendas de más de 100 trabajadores.
“Lo primero que hicimos fue recoger todo lo que aún tuviera algún valor para comercializar” comentó Rafael. De esta manera se recuperaron 200 quintales de frutabomba, 110 de plátano burro, 400 de yuca y aún se trabaja en la recogida de guayaba y pepino. Falta por cosechar una caballería de boniato que quedó viva después del ciclón.
Para el nuevo ciclo productivo, los 200 trabajadores, organizados en turnos dobles, ya siembran calabaza y maíz, productos de ciclo corto, de tres meses cada uno.
Los 185 ml de agua que cayeron al paso de Ike, y los fuertes vientos asociados al sistema, deterioraron el paisaje de los campesinos de la zona, pero no agrietaron el ánimo por la recuperación. Eso ha hecho posible que a pocos días del fenómeno, ya se hayan reparado, además, el establecimiento que sirve de almacén, área de oficinas y dirección, y el comedor de los obreros.
La rutina continúa. Aunque para los granjeros de Arroyo Seco, haya un antes y un después de Ike, ya llega la cosecha de frío, la más importante de su plan de producción, la que incluye frijol, papa y tomate, y hay que trabajar.
Todos juntos
Si en una vista aérea se pudieran cuantificar los daños en Casas de Cultivo, se verían, más de 210 estructuras afectadas en todo el territorio. En cuanto a las otras producciones agrícolas, ya suman más de 23 mil hectáreas perdidas en viandas, granos, hortalizas y frutales, en todos los municipios, con especial atención a Banes, Antilla y Sagua. Sin embargo, ya no es hora de pararse a mirar con ojos de asombro, sirva el ejemplo de estos dos complejos productivos, que ya salieron de la conmoción, y se mueven, más por inercia, por la conciencia de levantarnos y seguir andando.
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