Quizás Christian Fernández ha querido preguntarles el nombre o hacerse amigo de todas las personas que ha fotografiado. Pero ha tenido que conformarse ya luego de impresa la foto, con sentir cercano a ese extraño que pasó por el lente de su cámara, porque en cada lugar el tiempo solo le da para encuadrar, medir la luz, y obturar.
De Holguín ya se ha llevado algunas instantáneas para su colección “La vida sigue siendo un sueño”, de la que trajo una muestra desde su país, México, para celebrar el XVI aniversario de la Casa de Iberoamérica y formar parte, además, de la primera brigada artística internacional que visita la isla tras el paso de Ike.
Desde el 25 de octubre sus fotos cuelgan en la pequeña Sala del Centro de Arte, y hay un detalle común en ellas: sus protagonistas no están en una cama, pero todos duermen el sueño alerta, el que no dura, el que nos sorprende lo mismo en una guagua, una terminal o un banco.
¿Por qué fotografiar personas dormidas?
“Hay un mito en la fotografía que es el de que ya todo está fotografiado, y eso me planteó una reflexión. Hace cinco años, una tarde hacía experimentos con unos rollos vencidos, que dan un tono sepia muy interesante. Tiré una foto a un muchacho que dormía bajo unos amates, unos tejidos locales muy tradicionales, y de ahí surgió la idea del proyecto en el que vengo trabajando desde hace cinco años. Ya he logrado agrupar unos 300 materiales de exposición. Esa primera foto también la traje porque, además, es la única analógica.
¿Cuál de todas fue la que más trabajo te dio hacer?
“Todas tienen el mismo nivel de complejidad. Tengo que hacer una buena foto, sin hacer mucho ruido para tratar de que la gente no se despierte. La mitad de las personas que he intentado fotografiar se han despertado, unos se lo toman bien, pero otros se enfadan, porque de alguna manera me estoy metiendo en su espacio íntimo, sin pedir permiso.
“Lo complejo viene además porque son fotografías de calle, no hay manipulación de la luz, no se construye la imagen, son muy reales.”
Y en la vida en conclusión, todos sueñan lo que son, aunque ninguno lo entiende, es una frase que sirve de portada a la muestra y que deja entrever una intención. ¿Te propones algo en específico con tus fotos?
“Mi propósito es mostrar emociones. Aunque parezcan iguales no es lo mismo el sueño de un niño, que el de un hombre enfermo, que el de un borracho. Además quiero mostrar una pluralidad, aquí hay personas de México, España, Cuba, Estados Unidos. Traté de que en la composición museística de las piezas hubiese un equilibrio entre mujeres, hombres, razas, niños, ancianos.”
¿Tienes algún proyecto paralelo a este?
“Desde hace un tiempo he venido trabajando con la idea del sueño en sí mismo, con fotografías de carácter abstracto y no figurativas. Iba a traer una parte, pero no quería unir las dos cosas. Para una próxima visita quisiera traer las dos colecciones para montar en galerías aparte.”
Christian pertenece al Taller del fotógrafo mexicano Lázaro Blanco, que recientemente cumplió 40 años de trabajo ininterrumpido en la enseñanza de la fotografía en México. Ante de ingresar al Taller ya hacía fotos en sus viajes como alpinista. A Holguín es la primera vez que viene, aunque ya ha visitado la capital cubana y ha expuesto en la Casa de la Poesía, en Festivales donde también ha participado como poeta. Para él el arte es solo una vía de expresión, no importa los caminos que encuentre.
En esta provincia oriental le esperaba la Fiesta Iberoamericana, pero los embates de un fenómeno meteorológico dio vuelta a la ruleta y los holguineros terminaron convocando a los amigos para una jornada de solidaridad.
¿Por qué no cancelaste tu pasaje?
“No podía hacerlo. Si ando por ahí diciendo que amo a Cuba, pues que mejor manera de demostrarlo que llegando aquí en los momentos más difíciles. Para mí ha sido un esfuerzo muy grande llegar, pero me voy muy satisfecho, tengo la sensación de que he recibido más de lo que he traído.”
1 comentario:
Querida Chely:
Ya de regreso en México me apresuro a agradecer tu entrevista y todas tus atenciones durante mi estancia en Holguín. Ha sido un viaje lleno de experiencias y emociones intensas.
Un cariñoso saludo para todos los holguineros.
Christian Fernández
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