Petty es un nombre raro para estos lares. Sus rasgos indígenas también lo son y más aún ese modo de hablar latinoamericano que de inmediato la ubica en una latitud ajena a la nuestra, pero que sentimos muy cercana. Desde México llegó para brindar solidaridad a los holguineros afectados tras el paso del huracán con un Proyecto que dirige hace 15 años, el Taller de Sensibilización Teatral, y otros que le son muy cercanos, el Teatro Experimento y el grupo de acrobacia Latin Dragons. Su segunda presentación fue en Antilla.
¿Por qué el nombre de “Sensibilización Teatral”?
“Porque trato de sensibilizar a los niños al teatro, a esos que se acercan al Taller, tengan condiciones o no. Por lo general, son estos pequeños que viven haciendo chistes en su casa o que son el centro en los cumpleaños, pues con ellos trabajamos para que sepan lo que es el teatro y todo lo bueno que pueden aprender de él.
Tenemos un método de trabajo que se llama Juego Dramático. Los niños actúan como jugando, hacen ejercicios de sensibilidad auditiva, utilizan sus emociones. Más que una técnica rígida se les enseña a experimentar y a expresarse a través de la actuación teatral.”
¿Hacen algún examen de rigor para entrar? ¿Por qué solo hay 15 alumnos en el Taller?
“A mí taller entran todos los niños que quieran. Lo que pasa es que allá en México muchos pequeños y adolescentes tienen el sistema de los gringos en su cabeza y creen que cuando entren al Taller se van a convertir en grandes estrellas como esas que les venden por la TV. Cuando se dan cuenta de que no es así, pues se van. O sea que la depuración es espontánea, se quedan los más interesados en estar.”
¿Esta es la primera vez que visita Holguín?
“No, es la tercera vez que vengo. Yo conocí la ciudad en la década del ’80 como parte de la compañía Universiteatro de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Autónoma de Nueva León, a la que también pertenece mi Taller. Hace cuatro años, ya trabajando con mis muchachos nos invitaron a un evento aquí en Holguín, pero el gobierno de mi país en aquel entonces nos negó el apoyo.
“En México no creen en la seriedad del trabajo con los niños. Incluso hay concursos de teatro infantil en los que no se aceptan obras cuyos actores sean menores en su mayoría. Desde la negación del apoyo en aquel entonces, hemos hecho un trabajo de convencimiento, y hemos logrado cosas. Que estemos acá es una muestra de ello.”
¿Por qué escogió esta obra para traerla a los escenarios holguineros?
“Porque hace un homenaje a un clásico de la cuentística y la música para niños de México y el mundo. La obra se llama así: Homenaje a Cri-crín. El sueño de Mariquita. Cri-crín es Francisco Gavilondo Soler, autor de clásicos como El ratón vaquero, Marcha de las letras o el Soldadito cojo, canciones muy conocidas en el mundo. El maestro mexicano Javier Serna hizo este guión desde hace tiempo, en el que reúne todos esos cuentos y canciones en una misma historia.”
Pero en esta versión también se escucha un tema cubano: Drume negrita…
“Nosotros le incorporamos este tema y además un nuevo personaje, una negra rumbera, porque veníamos a hacerla a Cuba y esta obra defiende mucho las identidades y la diversidad cultural. Y quise hacerlo, además, en colaboración con niños cubanos.”
¿Cómo logró montar la obra con los actores en orillas tan distantes?
“Por correo. Desde el año pasado cuando vine a la Fiesta Iberoamericana surgió la idea de hacer la obra en conjunto. A través de una amiga me puse en contacto con el Guiñol y con la Escuela Vocacional de Arte. Yo les mandé el libreto y manteníamos una comunicación constante por correo electrónico. Así se fueron formando los personajes y la obra. Cuando llegué aquí, casi no tuvimos tiempo de ensayar todos juntos, pero ha salido un trabajo excelente. La compenetración entre las Compañías ha sido muy buena, parece que siempre hubiéramos hecho esto.”
Petty solo pudo presentarse en dos lugares, en la Plaza de la Marqueta y en Antilla, uno de los municipios más afectados por el meteoro. ¿Pudo percibir la reacción del público?
“Sí, sentí que estaba haciendo algo bueno al venir aquí. Es muy poco lo que podemos ofrecer materialmente, pero significa mucho para nosotros poder estar, aunque sea para brindar apoyo espiritual. Esta obra que trajimos habla del amor, que no tiene fronteras, va por encima del sexo, las razas. Y tiene un mensaje muy lindo y es el de creer en las cosas, en uno mismo, y en que todo puede ser realizable. Creo que ellos se llevaron esas palabras de optimismo.”
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