viernes, 17 de octubre de 2008

En Holguín: atención campistas

Ya había terminado el verano cuando el huracán Ike decidió franquear tierras holguineras. Los campismos cerraban un intenso período de trabajo, y se disponían a jornadas más holgadas en los finales del año. Mas un acontecimiento inesperado cambió el panorama de golpe, y la disminución de campistas en esta época, se vio compensada por un gran destrozo que había que limpiar y reparar.

“Tenemos un total de 312 trabajadores, y ninguno ha faltado a las labores de recuperación”, explicó Róger Rodríguez, Director Provincial de Campismo, y ha insistido, “muchos de ellos tienen sus casas dañadas, solo en Puerto Rico Libre, 29 de los 34 obreros de esa instalación sufrieron algún percance en su vivienda”.

Los perjuicios no son pocos. En todas las instalaciones holguineras, La silla de Gibara, Río Cabonico, Puerto Rico Libre y el Punto Náutico, ubicado en la Villa Blanca, se produjeron serias afectaciones en las redes sanitarias, hidráulicas y eléctricas, también en las cubiertas de guano, tejas de zinc, fibrocemento, canalón y en la carpintería.

En las áreas exteriores, quedaron en muy mal estado los viales de acceso por la caída de postes, torres de comunicación y árboles. Las pérdidas más lamentables son precisamente en la vegetación, arrasada en más del 80 por ciento en todas las bases de campismo. “Antes uno se paraba en cualquier parte de la Silla de Gibara, y no veía ni una sola cabaña por la cantidad de árboles, ahora se ven todas”, comentó Florentino Ribas, al frente de las labores en esa entidad.

Por ahora lo más urgente es la recogida de escombros y la reparación de las cabañas menos afectadas. En la silla de Gibara ya se recuperaron 12 biplantas y el Ranchón. A pesar de las complejidades del terreno y de que la tala de árboles se hace a machete y hacha, la limpieza lleva un buen ritmo, aseguró Ribas. “Es posible que para finales de octubre ya estemos listos”, comentó.

El Punto Náutico de Gibara comenzó a prestar servicio, aunque solo cuenta con los equipos. La perspectiva es fabricar una nueva instalación, esta vez sobre pilotes para reducir los efectos del mar. Río Cabonico y Puerto Rico Libre necesitarán de un mayor tiempo para su restauración, debido a la magnitud de los daños en ambos centros.


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